COMENTARIO SOBRE “EL ARTE DE LA GUERRA” (HASTA EL CAPÍTULO V INCLUSIVE). 
Desde el principio de los tiempos, el general Sun Tzu trata nos narra través de una novela escrita en prosa, su filosofía los principios que se ha de seguir en el campo de batalla principalmente en ámbito militar aunque no es sólo válido para este, además nos guía y alienta las estrategias a seguir para el mundo del mercado e incluso de la vida cotidiana independientemente del ejercicio a llevar a cabo.
Para Sun Tzu los principios básicos son: la doctrina, el tiempo, el terreno, el mando y la disciplina, cualquier oficial o general que no tenga en cuenta algunos de estos factores sus probabilidades de victoria se desvanecerán de una forma incontable. Son consejos que están en el aire desde hace 25 siglos, pero la irracionalidad y la mentalidad reaccionaria de los altos mandos los lleva ignorando desde entonces, he ahí la raíz de todos los males, las guerras más absurdas, aunque todas lo fueron, pero a falta de sentido común y de razonamiento las guerras han ido devorando inocentes y gran parte de la civilización y toda forma de vida en el planeta.
A lo largo de toda la historia se ha llevado a cabo de que la ley del más fuerte es aquel que lucha con más destreza y vigor, pero realmente esta afirmación es falsa, puesto que se dejan llevar por el instinto básico primitivo, lo cual estos principios no nos diferencia de los animales, incluso a medida que el ser humano ha ido desarrollando su inteligencia la ha desempeñado para corroer esta sociedad por motivos innecesarios, ya sea por diferencias políticas, de religión, económicas, entre otras. El ser más fuerte es aquel que gana la guerra sin tener que utilizar su fuerza y sabe sacar provecho de sus recursos patrimoniales, humanos y económicos; saber castigar y recompensar a los que están bajo su mando, ya que un error de estos cálculos puede provocar una gran distorsión entre estos.
Para entrar en campo de batalla es necesario conocerse a sí mismo a la vez que al enemigo, ya que aportando las fortalezas y debilidades de ambos bandos, estudiarlos y gestionando la planificación las probabilidades de éxito están garantizadas.
En la historia contemporánea podemos destacar grandes personajes que nos resaltan esta materia, de la cual no se ha tenido en cuenta, sin ir más lejos, el doctor Martin Luther King, conocido por la lucha de la igualdad social-racial, le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz por las duras críticas en la gestión del Gobierno Norteamericano tomada en la Guerra Fría, ya que este se dedicaba a esquilmar los recursos económicos-sociales sin tener en cuenta los factores higiénicos para así incrementar la destrucción y la tensión entre las dos grandes potencias mundiales de aquel entonces que se preocupaban mas de los asuntos secundarios que por el sufrimiento humano causado bajo las bombas, la muerte del doctor King se dio a conocer en los medios de comunicación que fue abatido por un individuo de origen alemán ubicado en los estados del sur de ideología republicana, pero tras numerosas investigaciones, la CIA y el mismo gobierno estaba detrás de esta cortina de humo. Otro caso a destacar es el de Gandhi, empleó la no violencia como arma de guerra, algo paradójico y utópico a simple vista, pero realmente es el recurso más inteligente y efectivo ante el general Sun Tzu, ya que nos relata que el hombre más fuerte y más sabio es aquel que gana la batalla sin tener que emplear la fuerza, pero dadas las circunstancias y la mentalidad reaccionaria en los altos cargos políticos y militares es un recurso que por desgracia nunca será explotado a la vez que la falta de condescendencia, un claro ejemplo es el del final de la Guerra Civil de España, cuando Manuel Azaña hizo una petición de armisticio, pero el bando nacional lo denegó y prosiguió con la “carnicería”.
Vivimos en una sociedad en el que el uso de razón está infravalorado, esta mentalidad se viene arrastrando desde el principio de los tiempos, por suerte este factor va evolucionando favorablemente, pero aún queda mucho por rectificar.
Desde el principio de los tiempos, el general Sun Tzu trata nos narra través de una novela escrita en prosa, su filosofía los principios que se ha de seguir en el campo de batalla principalmente en ámbito militar aunque no es sólo válido para este, además nos guía y alienta las estrategias a seguir para el mundo del mercado e incluso de la vida cotidiana independientemente del ejercicio a llevar a cabo.
Para Sun Tzu los principios básicos son: la doctrina, el tiempo, el terreno, el mando y la disciplina, cualquier oficial o general que no tenga en cuenta algunos de estos factores sus probabilidades de victoria se desvanecerán de una forma incontable. Son consejos que están en el aire desde hace 25 siglos, pero la irracionalidad y la mentalidad reaccionaria de los altos mandos los lleva ignorando desde entonces, he ahí la raíz de todos los males, las guerras más absurdas, aunque todas lo fueron, pero a falta de sentido común y de razonamiento las guerras han ido devorando inocentes y gran parte de la civilización y toda forma de vida en el planeta.
A lo largo de toda la historia se ha llevado a cabo de que la ley del más fuerte es aquel que lucha con más destreza y vigor, pero realmente esta afirmación es falsa, puesto que se dejan llevar por el instinto básico primitivo, lo cual estos principios no nos diferencia de los animales, incluso a medida que el ser humano ha ido desarrollando su inteligencia la ha desempeñado para corroer esta sociedad por motivos innecesarios, ya sea por diferencias políticas, de religión, económicas, entre otras. El ser más fuerte es aquel que gana la guerra sin tener que utilizar su fuerza y sabe sacar provecho de sus recursos patrimoniales, humanos y económicos; saber castigar y recompensar a los que están bajo su mando, ya que un error de estos cálculos puede provocar una gran distorsión entre estos.
Para entrar en campo de batalla es necesario conocerse a sí mismo a la vez que al enemigo, ya que aportando las fortalezas y debilidades de ambos bandos, estudiarlos y gestionando la planificación las probabilidades de éxito están garantizadas.
En la historia contemporánea podemos destacar grandes personajes que nos resaltan esta materia, de la cual no se ha tenido en cuenta, sin ir más lejos, el doctor Martin Luther King, conocido por la lucha de la igualdad social-racial, le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz por las duras críticas en la gestión del Gobierno Norteamericano tomada en la Guerra Fría, ya que este se dedicaba a esquilmar los recursos económicos-sociales sin tener en cuenta los factores higiénicos para así incrementar la destrucción y la tensión entre las dos grandes potencias mundiales de aquel entonces que se preocupaban mas de los asuntos secundarios que por el sufrimiento humano causado bajo las bombas, la muerte del doctor King se dio a conocer en los medios de comunicación que fue abatido por un individuo de origen alemán ubicado en los estados del sur de ideología republicana, pero tras numerosas investigaciones, la CIA y el mismo gobierno estaba detrás de esta cortina de humo. Otro caso a destacar es el de Gandhi, empleó la no violencia como arma de guerra, algo paradójico y utópico a simple vista, pero realmente es el recurso más inteligente y efectivo ante el general Sun Tzu, ya que nos relata que el hombre más fuerte y más sabio es aquel que gana la batalla sin tener que emplear la fuerza, pero dadas las circunstancias y la mentalidad reaccionaria en los altos cargos políticos y militares es un recurso que por desgracia nunca será explotado a la vez que la falta de condescendencia, un claro ejemplo es el del final de la Guerra Civil de España, cuando Manuel Azaña hizo una petición de armisticio, pero el bando nacional lo denegó y prosiguió con la “carnicería”.
Vivimos en una sociedad en el que el uso de razón está infravalorado, esta mentalidad se viene arrastrando desde el principio de los tiempos, por suerte este factor va evolucionando favorablemente, pero aún queda mucho por rectificar.
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